domingo, 30 de marzo de 2014

El sacrificio de todos los dioses en el Cielo



El día que el humo habló 

Vino el sol y les dijo:


“Hable en paz quien hable yo
A su canto hablo y susurro,
La noche aún me contiene hermano;
Yo no tuve de la ceiba y su manto por alimento
Hermano,
Sólo a ti te tuve y de tu mano
Tomé siempre el grano,
La carne,
La leche del venado.”

Allí fue que hermano apuntó su venablo al cuello de todas las aves en el Cielo.

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