viernes, 1 de julio de 2011

No hay dios que muera en otros dioses



La estrella se hizo noche sin que nadie lo notase,
Se puso a evadir su signo y apagó su luz.
Cantaba todas las noches entre sueños
El mismo canto errante de las fugacidades
Acontecidas,
en medio de las mil eternidades divergentes
de su aurora:

Que no hay materia que no venga de lo aparente.

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