domingo, 31 de julio de 2011

Po


Pierde su palabra más no su propia voz,
No sé, y es que no creo.

viernes, 29 de julio de 2011

El punto de ignición

Garra del tigre ausente,
Garra del sueño,
Garra de tres tiempos al paso,
Al canto, al sueño,
A la garra que lanza la llama del ruego,
Del tiempo,
De la desolación que avientan tu corazón,

Aún así somos los malditos.

En el día trece

En el principio fuimos unos versos,
Cantos que cantan y cantan
En marcha los ejércitos.

Pero es que ya nadie canta

Los dioses del dios,
Los unos y los otros,
El uno errante por el mundo,
en el mundo de las costras,
ostras, y todo alrededor.

A esto se le llama logocentrismo.
O bueno, se le quiere llamar,
Pero es que es como
querer que los anos hablaran,
una analogía,
pero es que la voz humana es la voz.

Todo estriba en la vocación y en la noche más noche del sueño,
Saber que te escuchan en rededor,
Bum.bum.bum, los pasos del tiempo,

Claro primero teme,
después confía,
piensa bien las cosas y escucha tu razón,
sí, el cuento,
sí, la invocación al sol;
Tú sabes los problemas en el pasado.
Confías, escuchas y te convences,
Oyes la voz del corazón que tú llamas noche,
la ira, la mentira, la traición.

Jo,jo,jo, la noche, la noche.

Estos son los verdaderos problemas del hombre.
No oyes? Escucha un poco después de un rato, oye y oye el silencio en tu rededor,
No sabes? nunca supiste ni podrías saber, tú no sabes nada de los pasos alrededor.

Son sólo mis manos, mis labios y corazón, soy Yo.

lunes, 25 de julio de 2011

domingo, 24 de julio de 2011

Los Campos elisios

Con esto hemos de romper,
sabes,
Los campos elisios.

La metodología

Cuántos fantasmas confluyen al paso,
Llamas,
Ninguno te responde la misma señal.

Tu aullido en la nihilidad del resto,
así las cosas,
hemos sido depuestos,

ya nadie te recuerda.

sábado, 23 de julio de 2011

Del grito

Si el fin del creer es el creer mismo, es prudente preguntar si es posible no creer. Lo importante no es el qué, el algo de la creencia, sino el ser que se pliega en dirección a algo, el ser creído y el ser creyente. La identidad del ente, el ser objeto, está determinado por la relación que se establece en relación a un sujeto que a su vez está determinado por la relación. Lo que vincula al ser creyente (sujeto) y aquello que se cree (el objeto de la creencia) es la efectiva y fáctica creencia, el creer como acto creativo, acto de la creación que despliega en momentos significativos y significantes al ser creyente y al ser creído de un sujeto y un objeto que aparecerán significados en función del acto creactivo que les asigna el ser. No se puede no creer, pues ya incluso en el no creer de algo se devela la creencia en el no ser, en el no saber de algo. Lo impresionante aquí no es eso, que todo no creer sea un crear,  más allá de eso, lo que se devela tal en el grito de angustia que se deja oir es justo el grito del no-ser del ser efectivamente nada.

Un

Un universo, 
dos universo, 
tres universos...

miércoles, 20 de julio de 2011

La pequeña tierra


Yacida,
mi pequeña tierra,
solo es tu rostro
entre tantos otros,
alientos a tu espalda prendidos;
tu madre y el cielo que ambas,
en mí,
trazan en el secreto del rocío.

lunes, 18 de julio de 2011

jueves, 14 de julio de 2011

Liviandad

I

Tras píe,
humo blanco,
blanco de la huella
y barro del relato,
torpe canto del zapato herido
que lo brilla,
que todo lo devora para caminar juntos,
descalzos, ahí;
te arrebataste
una vez más en pos de la alborada.

II 

La piedra que anochezco
yace vuelta ascura y olvidada de su dónde y dónde,
girante eterna y desplazada.

Corre al reencuentro, el sol,
del fuego y la nada
en tu pecho,
en tu peculiar sonrisa.

III

Me escuro en gravedad
a la silueta de tus pliegos destemplados,
evanescentes,
fríamente aplacados
entre dura pose y terca vanidad:

El amor que lo acontece no conoce.

miércoles, 13 de julio de 2011

La independencia del imperio


Donde sólo nombre el nombre de esto,
aquí,
con un mismo signo,
pero con la distancia del nombre
errada,
vuelta más tierra de su dónde y dónde.

De ahí te vuelves.
Suave, me deslizo por el norte,
me abrumo y me abato,
me consumo y me deslizo,
me vuelvo al templo oscuro del dónde
para yacer ya siempre abatido,
peleando la reinstitución
de mi orden,
de mi desplazamiento.

Ahí, sin salir del viento,
Soplabas en sol los colores de la noche,
Tus vientos,
Eterna maravilla de la tierra.

Y es que Todo parecía ser eterno.

La cosecha del templo


Como una descarga de piel
eres del paso que grita su contento,
su dulce cuchillo,
su dulce canto martillando
la daga martillante del dardo que susurra,
que juzga, que acuchilla lo desconocido
de su martillo atravesado.
Arcángel                                                        
te arrastro,                                                     
muerto y degollado en el jardín,                      
en la infancia,
en el recuerdo de la nada
que todo lo esconde,                               .

sábado, 9 de julio de 2011

Sal de tu nube



Y es que los vientos no se mueven,
reposan al paso secreto de la noche
que sabe tu sangre,
que sube de su costa para vivir el sol,
evaporada,
en la eterna noche que todo lo dora,

El primero entre los finales


Fuiste a la noche
a pedir que soplaran tu viento;
no querías más el paso y a tu paso acudí
para ser testigo de tus olas por el ocaso,
reintegrado a la costa de ensoñadores.

Y es que toda la tierra está alrededor.

El efectivo borrar que borra la huella,
la marca y la aparta,
la naturaliza,
la vuelve parte del estado del entorno;
lo que retorna de lo aspergido:

el sueño,
la forma,
Yaces,
aparente en medio del sueño
y sin rostro, sin identidad,
sin complexión;
yaces  compleja depositada entre la noche
de errancias,
de mis pasos en el pasado,
es mi sino,
una silueta que no soy.

martes, 5 de julio de 2011

Vago despierto,
anochezco dando tumbos de mí,
en mi mismo,
me sueño y camino en dirección
a lo que soy:

No estoy para escribir lo que no me pertenece.
Detonamos,
en uno o dos pasos,
la palabra que adormecida reposa en el campo,
que dibuja a su tempestad contenida
las huellas del no-nombre
entre las espigas del trigo silvestre,
que juega hoy el no-canto de lo que acontece
y sólo yace para oír de nuevo el canto
de lo que no se preservó
de lo que no acontece,
vaciada de signos sin dios.

domingo, 3 de julio de 2011

Ecos del vigía

Te llama en versos la eternidad que te carga,
te levanta y acelera los pasos de la sal por tu boca,
eres de quien nunca habla sin antes abrir las rocas,
garganta de eternidad,


lucero de la aurora.


El viento que pasa ante la boca
presume el fuego de tu aroma,
de tu otra eternidad que se te opone,
y que ya siempre te presume postiza:


Errando uno a uno en los delirios del sol.

sábado, 2 de julio de 2011

Viene de ahí la noche


Espalda fría, verso del ave,
vuelo los aires que derramas en cada alto
de desmesura y esplendor,

Sigo la voz que inclemente abate la noche.

Signos y signos de costa,
llamas de ausencia que me miran el paso,
fogatas mortales del paisaje que delinean
los consumos de lo que de mí se ha hecho inclemente:
mi mal,

¡Pero quién acaso soy como para yacer entre telones!

He aquí que encuentro donde cribar el destino,
silueta emergente de la aurora
y paso constelado del inmortal:
augurio que muestra lo incesante
ahora derramado y chapándolo todo
tras el candor de tu portación tranformadora;

Viene de ahí el canto.

Tal como todo


en tu voz, en mis ojos, 
en la silueta demente de lo que es,
lo que se duerme y no se despierta
vive ausente de su marcha,
de su mismo cayado que juzga,
que llama
que consuela
y que olvida
ya todo el resto por juzgado:

viernes, 1 de julio de 2011

No hay dios que muera en otros dioses



La estrella se hizo noche sin que nadie lo notase,
Se puso a evadir su signo y apagó su luz.
Cantaba todas las noches entre sueños
El mismo canto errante de las fugacidades
Acontecidas,
en medio de las mil eternidades divergentes
de su aurora:

Que no hay materia que no venga de lo aparente.

Lento del suelo me suelto,
levanto a ser la noche
y caigo a las gotas del canto
en nuevo tiempo
para las costas
del mar que desconvecciona al roble.

Soy

Del suelo

            
Del suelo
sueña la noche
al sucumbir el llanto,

sigilo,

Lento marchito mi aroma,
Lento
me pudro de las cosas.

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