miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cuero

Había curtido mis versos en tus labios, para así protegerme de la lluvia, de los rayos, de tu ausencia. La verdad estaba fastidiado de verte, de leerte, en engastar mis días en tus perfumes, de contemplar tus desdenes artificiales por todo lo que te rodea. La destrucción de tus sueños o pesadillas no era ya un aliciente. Jugábamos a ser semidioses, a plagar nuestros pasos con los cueros que arrancábamos a los antiguos poetas. Pero los caminos ya estaban pavimentados. Las ciudades nos levantaban terribles sombras de hormigón y acero.
En la cima de uno de esos cíclopes jugamos a fundir nuestros rostros con la luna, pero entonces tus labios ya no tuvieron más para mis versos. El fastidio ahora era mutuo. El cuero estaba muerto.

1 comentario:

  1. pues si está muerto el "cuero" sirve para "curtir" nuevos versos...a pesar del fastidio cuando los cíclopes sean cegados habrá nuevas lunas que otros ojos puedan mirar. Saludos sin fastidios!!!

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