jueves, 26 de agosto de 2010

Amplia espalda

Cruel violencia de los usos del lenguaje,
quise conocer los colores de la tarde,
pero sólo supe de tus ansias. De tus misiones.

Sinverguenza, cómo si la vida tuviera
que ver con las letras,
con tus pesadillas, con tus controles.

Los martillos de tus ojos
laceran mi espalda, las llamas sombras,
pero clavan los clavos de tu distancia,

clavan tu nombre en mis ojos,
clavan tus ojos en mis ansias,
terror que ahora mira la nada.

De espaldas a ti, no sé
cuánto te debo, cuánto,
cómo escapo de tus magias.

La transfiguración maldita
del pólemos silueta,
en cuerpo y su putrefacción,

el alma insuperada.
¿Cómo me repongo a ti,
cómo te devuelvo la lanza?

1 comentario:

  1. creí haber comentado este poema...pero..., ojos sangrantes del nombre y de las ansias, que ahora miran la nada. sigue escribiendo versos para reponerte, que tus palabras son lanzas y esa espalda, es la diana que buscas... porque es ancha. saludos y gracias por pasar por mi blog.

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